Júpiter
Júpiter es el planeta más grande del sistema solar y el quinto en
orden de lejanía al Sol.3 Es un gigante gaseoso que forma parte de los
denominados planetas exteriores. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus
en la mitología griega). Es uno de los objetos naturales más brillantes en un
cielo nocturno despejado, superado solo por la Luna, Venus y algunas veces
Marte.4
Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año
dependiendo de su fase. Es, además, después del Sol, el mayor cuerpo celeste
del sistema solar, con una masa casi dos veces y media la de los demás planetas
juntos (con una masa 318 veces mayor que la de la Tierra y tres veces mayor que
la de Saturno, además de ser, en cuanto a volumen, 1321 veces más grande que la
Tierra). También es el planeta más antiguo del sistema solar, siendo incluso
más antiguo que el Sol; este descubrimiento fue realizado por investigadores de
la universidad de Münster en Alemania.56
Júpiter es un cuerpo masivo gaseoso, formado principalmente por
hidrógeno y helio, carente de una superficie interior definida. Entre los
detalles atmosféricos es notable la Gran Mancha Roja (un enorme anticiclón
situado en las latitudes tropicales del hemisferio sur), la estructura de nubes
en bandas oscuras y zonas brillantes, y la dinámica atmosférica global
determinada por intensos vientos zonales alternantes en latitud y con
velocidades de hasta 140 m/s (504 km/h).
Estructura interna
En el interior del planeta el hidrógeno, el helio y el argón (gas
noble que se acumula en la superficie de Júpiter) se comprimen progresivamente.
El hidrógeno molecular se comprime de tal manera que se transforma en un
líquido de carácter metálico a profundidades de unos 15 000 km bajo la
superficie. Más abajo se espera la existencia de un núcleo rocoso formado
principalmente por materiales helados y más densos, de unas siete masas
terrestres (aunque un modelo reciente aumenta la masa del núcleo central de
este planeta entre 14 y 18 masas terrestres,25 y otros autores piensan que
puede no existir tal núcleo,26 además de existir la posibilidad de que el
núcleo fuera mayor en un principio, pero que las corrientes convectivas de
hidrógeno metálico caliente le habrían hecho perder masa). La existencia de las
diferentes capas viene determinada por el estudio del potencial gravitatorio
del planeta, medido por las diferentes sondas espaciales. De existir el núcleo
interno, probaría la teoría de formación planetaria a partir de un disco de
planetesimales. Júpiter es tan masivo que todavía no ha liberado el calor
acumulado en su formación, y posee, por lo tanto, una importante fuente interna
de energía calórica que ha sido medida de manera precisa y equivale a 5,4 W/m².
Esto significa que el interior del planeta está mezclado de manera eficaz por
lo menos hasta niveles cercanos a las nubes de agua a 5 bar.
El mismo modelo mencionado antes, que da una masa mayor al núcleo del planeta, considera que este tiene una estructura interna formada por cilindros concéntricos que giran a distinta velocidad —los ecuatoriales (que son los externos) más rápido que los internos—, de modo similar al Sol; se espera que la misión Juno, que fue lanzada el 5 de agosto de 201127 y que entró en órbita alrededor del planeta el 4 de julio de 2016,28 pueda determinar con sus mediciones de la gravedad joviana la estructura interna del planeta.
Satélites
Los principales satélites de Júpiter fueron descubiertos por
Galileo Galilei el 7 de enero de 1610, razón por la que se les llama satélites
galileanos. Reciben sus nombres de la mitología griega si bien en tiempos de
Galileo se los denominaba por números romanos dependiendo de su orden de cercanía
al planeta. Originalmente, Galileo bautizó a los satélites como «Mediceos», en
honor a Cosme de Médici, duque de Florencia. El descubrimiento de estos
satélites constituyó un punto de inflexión en la ya larga disputa entre los que
sostenían la idea de un sistema geocéntrico, es decir, con la Tierra en el
centro del universo, y la copernicana (o sistema heliocéntrico, es decir, con
el Sol en el centro del sistema solar), en la cual era mucho más fácil explicar
el movimiento y la propia existencia de los satélites naturales de Júpiter.
Los cuatro satélites principales son muy distintos entre sí. Ío,
el más interior, es un mundo volcánico con una superficie en constante
renovación y calentado por efectos de marea provocados por Júpiter y Europa.30
Europa, el siguiente satélite, es un mundo helado bajo el cual se especula la
presencia de océanos líquidos de agua e incluso la presencia de vida.31
Ganímedes, con un diámetro de 5268 km, es el satélite más grande de todo el
sistema solar. Está compuesto por un núcleo de hierro cubierto por un manto
rocoso y de hielo. Calisto se caracteriza por ser el cuerpo que presenta mayor
cantidad de cráteres producidos por impactos en todo el sistema solar.
|
Nombre |
Cemetery
(km) |
Masa
(kg) |
Radio
orbital medio |
Período
orbital |
|
3.643,2 |
8,94×1022 |
421.600 |
1,769138 días |
|
|
3.122 |
4,8×1022 |
671.100 |
3,551181 días |
|
|
5.262 |
1,48×1023 |
1.070.400 |
7,154553 días |
|
|
4.821 |
1,08×1023 |
1.882.700 |
16,68902 días |
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